Según la legislación de la Unión Europea, cuando la causa de un vuelo cancelado o retrasado es culpa de la compañía aérea, los pasajeros tienen derecho a una indemnización. La única excepción es que la interrupción del vuelo se deba a circunstancias extraordinarias. Pero ¿cómo se clasifica... un retraso derivado de la presencia a bordo de un miembro de la tripulación en estado de embriaguez? ¡Te respondemos!
Cuando nos subimos a un avión, nuestra seguridad queda en manos de los empleados de la aerolínea. La máxima responsabilidad de la seguridad en los viajes está en manos de los pilotos. Pero ¿qué ocurre si el piloto conduce el avión en un estado de embriaguez?
Un incidente sumamente peligroso tuvo lugar en julio de este año. Un piloto francés iba a realizar un vuelo de París a Washington bajo los efectos del alcohol. No obstante, a su llegada al aeropuerto, se comprobó que se encontraba en un estado de embriaguez alcohólica. Los agentes de policía que se personaron en el lugar de los hechos demostraron que en su sangre había hasta un 1,3 por mil de alcohol. Cabe señalar que el nivel de alcohol indicado es tres veces superior a la norma reconocida por la Administración Federal de Aviación y casi seis veces superior al límite establecido para los pilotos europeos.
De acuerdo con el veredicto del tribunal francés, el piloto ebrio fue condenado a seis meses de cárcel, en suspenso, así como a una sanción económica de varios miles de dólares. De haberse puesto a los mandos del avión, habría puesto en peligro a los 267 pasajeros que iban a bordo.
En el contexto de la legislación sobre el consumo permitido de alcohol por los trabajadores de las compañías aéreas, cabe mencionar una situación que se produjo el 20 de noviembre del año pasado. Aquel día, Ryanair tenía que efectuar un vuelo de Eindhoven a Alicante. No ha habido problemas, ya que durante un control rutinario se descubrió que un miembro de la tripulación tenía 0,32 por mil en su sangre. Según la normativa, los miembros de la tripulación no pueden consumir alcohol al menos 10 horas antes del vuelo programado.
El hombre fue sancionado con una multa de 100 euros y la aerolínea Ryanair tuvo que buscarle un sustituto. Por consiguiente, el avión llegó a su destino con 3,5 horas de retraso. Evidentemente, en esta situación los pasajeros pudieron reclamar una indemnización, que les fue concedida, ya que el retraso fue culpa directa del transportista.